viernes, 22 de enero de 2016

Artículo final


Carlos VS literatura (Y cuando digo Vs en realidad digo que espero que después de pasar por las maravillosas manos de Irune en realidad tenga a la literatura de mi lado, como compañera más que algo a enfrentarme)

Siempre me he considerado un buen lector, por eso ha sido curioso "enfrentarme" a esta asignatura. Siempre he sido de coger libros y comérmelos, quedándome con lo que me dice el libro y no haciendo prácticamente ningún caso del libro en si (hasta el punto de tener muchos profesores asombrados de que leyese tanto sin mejorar ni un ápice mi "orcografía", estúpidos e inútiles cuadernillos bruño y bendito corrector del word)
Por primera vez en mi vida, me he parado y me he puesto a analizar libros y desde muchos aspectos  cuestionarme si lo que tengo enfrente es literatura o es algo completamente distinto y si es realmente adecuado para un niño a pesar de que a simple vista pueda parecer que si.

Es curioso leer sobre la literatura, aprender un poco de historia de la literatura infantil, de como han ido los niños poco a poco haciéndose un hueco entre la literatura y como han ido surgiendo cada vez más autores, especializándose en el tema y muchos incluso haciendo un esfuerzo por adaptarse al conocimiento del niño que se tiene hasta el momento, a las exigencias que los niños suelen tener de acuerdo con su estado evolutivo, lo que mejor les viene, lo que les puede llamar más la atención y con lo que se identificarán mejor etc. Nunca te fijas en lo extremadamente horribles que son las tipografías a veces hasta que prestas atención y te preguntas como es que hay niños que leen esa barbaridad. Ha habido modas en cuanto a temática, ilustradores, etc. y los gustos han ido cambiando con la sociedad aunque siempre están los "clásicos", imperecederos, con tantos tipos de adaptaciones y formatos como manos por los que han pasado y como unas se adaptan mejor que otras a lo que queremos para nuestra clase. Es tamién bonito desgranar una historia, ver como está estructurada, como transcurre, observar a sus personajes, ver lo que les motiva, extraer los valores y contravalores que hay.
Esto me ha parecido sin duda una de las tareas más complicadas, el ver si algo en concreto es o no lo más adecuado para la edad con la que estás trabajando, pero poco a poco vas haciéndote una idea e Irune señalando cosas en las que nunca hubieses pensado por tu cuenta siempre hace las cosas más fáciles (Un ejemplo interesante sería la cuestión de género de los cuentos tradicionales. Como si te paras a pensar muchos podrían parecer sexistas debido a los roles masculinos y femeninos y la fuerza de los personajes, peor también, te puedes parar a pensar un poquito más y ves un poco más allá y te fijas en qué época fueron escritos, como era la sociedad de aquel entonces etc.).

Trabajar sobre la literatura también tiene su dificultad. Como le haces llegar la historia de la literatura a los niños? Autores que han desaparecido hace tanto y que hablaban de forma tan rocambolesca... Preparar la historia de la literatura a los niños no es trabajo fácil, haciendo falta mucha mano izquierda e imaginación pues los niños no podrían estar menos interesados en lo que hacían o dejaban de hacer gentes con gola que murieron hace tanto tiempo. Webquests, triquiñuelas varias.... Despertarles interés por un tema así es un arte en si mismo. Y sin embargo es completamente vital el conseguir crearles ese interés, hacia los autores y hacia la literatura en si.

Es verdad que el número de lectores está disminuyendo de un tiempo a ahora. Puede parecer raro si se tiene en cuenta que el analfabetismo está casi desapareciendo del país, pero está claro que el saber leer no hace a la gente querer leer, siendo trabajo del profesor esa tarea. ¿Cuantos niños han acabado aborreciendo leer por culpa de un mal acercamiento a la literatura? Echando la vista atrás la verdad es que no es tan de extrañar.
Recuerdo el año del cuarto centenario del quijote cuando nos mandaron leer una veintena de capítulos del Quijote, eran capítulos completamente aleatorios a mi entender, los más "famosos", ni siquiera capítulos consecutivos. Mi profesor debía de entender de forma subconsciente que eso no era algo digerible por un adolescente porque nos dio un tiempo muy largo para leérnoslo. Yo por aquella época había agotado la colección completa de Julio Verne que mi padre tenía guardada en el garaje y como no salía mucho me había ido leyendo por las tardes leyendomelos a razón de uno cada dos semanas o así con lo que vi que me sobraba el tiempo y decidí leerme el Quijote entero; fui probablemente el que menos problemas tuvo. Mi profesor de lengua se extrañó de que me hubiera leído el libro entero, mirando hacia atrás yo soy quien se extraña de que alguien pudiese leerse su selección de capítulos. Si al menos hubiese explicado porqué elegía esos capítulos, nos hubiera hablado de la historia, de lo que ocurría entre un capítulo seleccionado y el siguiente, si se hubiese molestado en contarnos algo más del libro, a parte de que era un año importante porque cumplía 400 años (lo cual no era ni mucho menos un dato alentador) si no se nos hubiese hecho un examen después sino animado a reflexionar sobre las mil y un cosas a las que este libro nos da pie, probablemente mis compañeros no tendrían el sentimiento de aversión que tienen en general hacia el libro desde aquel entonces.
Pero el Quijote no fue un caso aislado. Pocos o ninguno de los muchos métodos de animación a la lectura que hemos visto solían ponerse en practica por aquel entonces en mi colegio o en cualquier otro. Me encantó ver cuando estuve de practicas en ese mismo colegio como la profesora hablaba sobre el libro antes de darselo a los niños, como hacía preguntas y comentarios interesantes sobre este durante la lectura, señalaba cosas que podían parecer interesantes y luego, al final, hacer pensar un poquito más a los niños sobre lo que acababan de leer pero de forma alegre, hacerles empatizar con el libro de forma que al mirar atras lo mirasen con cariño; hacer, en fin, que los niños siguiesen con interes la lectura y mantuviesen el interes tras haber terminado el libro esperando con ganas el siguiente. Fue bastante bonito verlo y recordar a los niños hablando de los personajes sobre los que acababan de leer ha ayudado sin duda a entender lo que nuestra profesora quería transmitirnos cuando nos decía que no podíamos darles a los niños libros sin más.

Y, por último, el acto de "crear" literatura.
Si algo les suele gustar a los niños menos que leer, es escribir. Está la excepción por excelencia de los adolescentes con su diario, en el que buscan una salida a todo ese fogonazo de hormonas que les recorren y encuentran en este algo que de alguna forma necesitan... Pero a parte de eso, pocos he visto que se entretuvieran escribiendo historias solo por el placer de escribir, o poesías salvo que fuesen rimas soez, y los pocos que estábamos en teatro eramos unos raritos y aun asín no lo eramos lo suficiente como para escribirlo... La verdad es que yo mismo no he tenido nunca ninguna gana de escribir. Al igual que a la mayoría, nunca me ha llamado demasiado aunque bien es verdad que tampoco he tenido nunca motivos para ponerme a escribir con gusto. Las famosas redacciones pueden hacer que cojas practica a la hora de escribir, pero jamás harán que te guste hacerlo. Este ha sido sin duda el tema que más me ha gustado, el ir viendo una a una cada uno de los truquillos, de las fórmulas y divertirme yo mismo pensando en lo que podía salir de ahí.

Hacer que la literatura llegue a los niños puede requerir tiempo, pero después de todo lo aprendido puedo ver que no es imposible ni mucho menos. ¡Incluso es viable hacerla entretenida y bonita! ¡En nuestras manos está que los que a las nuevas generaciones les guste más el libro que la película!









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1 comentario:

  1. Muy personal. Refleja más tu personalidad que tu aprendizaje, pero me he entretenido mucho leyéndote. Deberías haber incluido una bibliografía útil para tu futuro docente.

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